El sábado 19 los divago nos levantamos temprano. Llevamos el equipo de sonido a La Caverna, montamos, volvimos a casa, nos cambiamos y nos fuimos de boda. Después de, en mi caso, oficiar de testigo (junto a Isa Terrible), del banquete y de las copas, ya por la tarde, ducha, cambio de ropa y de vuelta a La Caverna para la prueba de sonido, mientras los novios iban a casa a relajarse y prepararse para la noche. Todo esto con la mayor discreción, hábilmente compinchados y coordinados al milímetro con Alejandro Caverna, Amparo Enemiga y Juanjo, que hizo de chófer nupcial, y por supuesto con El Joven, que aportó una vez más su necesario apoyo logístico. Todo en absoluto secreto para que no se enteraran Vanessa y Raúl.

La fiesta nocturna y el picoteo estaban anunciados a las 21.00. Los novios entraron al garito con el arranque de batería de «El vertiginoso atleta moral». Todo calculado y el bar casi lleno a esa hora. Y yo diría, por las caras de sorpresa, que todo salió como queríamos, que no se habían enterado de nada… Lo que siguió fue un repertorio de versiones especialmente seleccionadas para la ocasión, en el que también tuvo cabida «Silencio«, canción nueva de la que Jaume Hervás, documentalista audiovisual oficial, capturó un extracto con su cámara y que ha publicado en su canal de Youtube. Aquí podéis ver la mayoría de las canciones de la otra noche. Para acompañar esta entrada he escogido la versión de «Cold Turkey». El concierto acabó con Raúl sobre el escenario atacando rock’n’rolles como «El tren de la costa» y «Un día en Texas«, dos de sus especialidades vocales. Después, continuó el fiestorro, con La enemiga, el Metralla, el mismo Raúl, yo mismo, y otros amigos pinchando música. Hasta altas horas e incluso más. Antológico. Felicidades a los novios una vez más y muchas gracias. Lo repetimos todo el mes que viene, venga.

Ahora sí: reanudamos los ensayos de cara a empezar con la grabación. Pronto, más noticias.

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